Un tribunal en Galicia ha dictaminado que el despido de un visitador médico fue improcedente, al ser valorada su productividad por encima del tiempo de trabajo presencial. El empleado, que había recibido premios por su desempeño, fue despedido tras ser vigilado por un detective que afirmó que solo trabajó 90 minutos en un día. Sin embargo, el trabajador registró haber trabajado cuatro horas ese día, interactuando con 12 doctores en un hospital.
La sentencia subraya que la flexibilidad laboral y la productividad son más importantes que cumplir con un horario fijo. El juez ordenó la readmisión del empleado o, alternativamente, el pago de una indemnización de 118.256,51 euros, considerando que su salario mensual era de 5.000 euros. La resolución destaca que las funciones del trabajador, debido a la naturaleza de su trabajo, no se ajustan a un horario concreto y que la productividad debe primar sobre la cantidad de horas trabajadas.
Este caso refleja un debate creciente sobre la jornada laboral y la importancia de los resultados frente a la presencia física en el lugar de trabajo. La sentencia enfatiza que el trabajador gestionaba su tiempo de manera flexible y que no existía un sistema de fichaje, lo cual es relevante dada su labor como visitador médico que requiere adaptarse a los horarios de los centros médicos y considerar los desplazamientos. La decisión judicial podría influir en futuras discusiones sobre la flexibilidad laboral y la reducción de la jornada laboral.
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