El teletrabajo, promovido como un beneficio por su flexibilidad, está siendo utilizado por algunas empresas para eliminar los «viernes de verano», un día que tradicionalmente se ofrecía libre o con jornadas reducidas durante los meses estivales. Según un análisis, mientras en 2019 el 55% de los trabajadores disfrutaban de esta ventaja, en 2023 solo el 11% la mantienen.
La creciente tendencia hacia el trabajo híbrido ha llevado a las empresas a considerar que ya ofrecen suficiente flexibilidad, suprimiendo la necesidad de permitir días libres adicionales. Muchos directivos creen que el teletrabajo no es tan productivo como el trabajo presencial, lo que influye en su decisión de reducir estas jornadas especiales.
En Europa, empresas como la consultora PwC han reducido gradualmente su oferta de «viernes de verano», pasando de medio día libre durante 12 semanas a solo seis días en 2023. Esta tendencia se ve reflejada en el hecho de que un alto porcentaje de empleados sigue conectado fuera de su horario laboral, revisando correos y realizando tareas profesionales en su tiempo personal.
La presión por mantener la productividad y la rentabilidad está transformando la flexibilidad laboral, convirtiendo un beneficio popular en una «reliquia del pasado». A pesar de esto, algunos expertos siguen animando a las empresas a considerar estos días libres como una forma efectiva de mejorar el bienestar y la motivación de los empleados durante todo el año.