El CEO de Atlassian, Mike Cannon-Brookes, ha anunciado el despido de 150 empleados, algunos de los cuales serán reemplazados por inteligencia artificial en tareas de atención al cliente. Este anuncio se realizó mediante un vídeo pregrabado, sin especificar quiénes serían los afectados. Los empleados tuvieron que esperar correos electrónicos para conocer su situación laboral, lo que ha sido calificado como «brutal» por mantener a la plantilla en incertidumbre.
El despido ha generado controversia, no solo por el método empleado, sino también por las decisiones financieras del CEO. Cannon-Brookes, quien se declara activista medioambiental, defendió previamente la compra de un jet privado valorado en más de 75 millones de dólares, alegando que le permite ser un «padre presente». Esta justificación contrasta con su postura pública sobre el cambio climático, ya que el transporte aéreo es altamente contaminante.
En una publicación en LinkedIn, Cannon-Brookes afirmó tener un «régimen de emisiones de carbono extremadamente riguroso» y que utiliza tecnología para capturar CO2 de la atmósfera, buscando así justificar su huella de carbono. A pesar de estas explicaciones, las críticas se centran en el contraste entre el gasto en lujos personales y los recortes de empleo.
El anuncio de los despidos y el uso de IA en sustitución de personal humano se enmarca en un contexto donde muchas empresas tecnológicas están reevaluando sus estrategias laborales, especialmente tras la pandemia. La situación ha generado un debate sobre la ética en las decisiones empresariales y el impacto de la tecnología en el empleo.