La proximidad del fin del soporte para Windows 10 está acelerando su declive en cuota de mercado, beneficiando principalmente a Windows 11. Según CounterStat, Windows 10 ha caído del 46,84% al 42,88% en un mes, mientras que Windows 11 sube del 50,44% al 53,51%. Aunque algunos usuarios consideran alternativas como Linux, la mayoría prefiere la familiaridad de Windows.
El problema radica en que muchos ordenadores que usan Windows 10 no pueden actualizarse a Windows 11, lo que deja a sus usuarios desprotegidos ante futuras amenazas al no recibir actualizaciones de seguridad. Microsoft ofrece un año extra de actualizaciones a cambio de vincular una cuenta o pagar, pero muchos usuarios buscan formas no oficiales de instalar Windows 11 sin los requisitos, a pesar de los riesgos. Esto destaca la resistencia al cambio debido a los costos de renovar equipos informáticos.