
La técnica del ‘primer principio’, atribuida a Aristóteles, ha sido adoptada por mentes innovadoras como Steve Jobs y Elon Musk. Consiste en analizar un problema descomponiéndolo hasta sus elementos esenciales, eliminando convenciones y prejuicios innecesarios. Este enfoque permitió a Jobs crear productos revolucionarios como el Macintosh, el iPod y el iPhone. Al centrarse en la interacción del usuario con las máquinas, Jobs innovó con interfaces intuitivas y dispositivos más accesibles. Por ejemplo, transformó un ratón caro de tres botones en uno de un solo botón y bajo coste. Con el iPod, priorizó la comodidad y capacidad de almacenamiento, superando a los reproductores existentes. En el desarrollo del iPhone, eliminó el uso de stylus y pantallas de plástico, mejorando la experiencia de los smartphones. La técnica del primer principio también está presente en los AirPods y el Apple Vision Pro, donde se buscó simplificar y mejorar la usabilidad y confort del usuario. Esta metodología, utilizada por figuras como Henry Ford y Musk, es vista como un camino seguro hacia el éxito al permitir soluciones elegantes y efectivas a problemas complejos.