
Jensen Huang, CEO de Nvidia, ha revelado que trabaja siete días a la semana, sin pausas, y que incluso durante momentos de ocio, su mente sigue enfocada en el trabajo. Esta dedicación extrema, asegura, es su normalidad y parte del precio del éxito de Nvidia, que ha pasado de ser un fabricante de tarjetas gráficas a una de las tecnológicas más valiosas del mundo, esencial en el desarrollo de inteligencia artificial.
A pesar del reconocimiento que este enfoque ha recibido históricamente en el ámbito de las grandes tecnológicas, cada vez más se cuestiona si es sostenible o deseable. Huang, quien ha abrazado esta falta de equilibrio como parte de su sacrificio, bromea con la idea de que una inteligencia artificial pueda algún día permitirle tomarse un descanso.
Este modelo plantea interrogantes sobre la sostenibilidad emocional y física a largo plazo, así como el impacto en la cultura organizacional. La normalización de la ausencia de descanso podría fomentar una cultura laboral donde el esfuerzo se mida en horas trabajadas, en lugar de creatividad o bienestar. El caso de Huang invita a reflexionar sobre si el éxito corporativo debe implicar necesariamente un sacrificio personal tan significativo.