La «Same Origin Policy», introducida por Netscape en 1995, restringe cómo los documentos y scripts interactúan con recursos de diferentes orígenes para garantizar una navegación segura. Esta medida, aunque efectiva en su momento, ha contribuido a la creación de monopolios tecnológicos actuales. Según Alex Komoroske, ex ejecutivo de Google y Stripe, esta política ha llevado a que cada web y aplicación opere como un universo aislado, limitando la interoperabilidad y consolidando el poder de las grandes empresas tecnológicas.
Komoroske señala que, a lo largo de los años, diversas revoluciones tecnológicas han reforzado las estructuras existentes en lugar de democratizar el acceso. La movilidad, las redes sociales y la nube han ampliado el poder de las grandes empresas en lugar de otorgar más control a los usuarios. La seguridad a través del aislamiento ha convertido cada aplicación en una fortaleza segura pero solitaria.
En cuanto a la inteligencia artificial (IA), Komoroske advierte que si no se maneja adecuadamente, podría centralizar aún más el poder en manos de unos pocos. Propone que cada persona debería tener una inteligencia privada que trabaje exclusivamente para ella, sin intereses corporativos. Esto permitiría un enfoque más humano y menos controlado por grandes monopolios, evitando repetir los errores del pasado con las redes sociales, que dejaron a la sociedad polarizada y adicta.
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