
Durante el verano, los móviles pueden sobrecalentarse fácilmente debido a actividades como editar vídeos o jugar durante horas. Aunque el primer impulso podría ser enfriar el dispositivo colocándolo en la nevera o congelador, esta práctica es perjudicial. La exposición a la humedad puede provocar condensación interna, causando cortocircuitos o daños en los componentes. Además, el contraste térmico puede dañar la batería, el procesador o la pantalla, reduciendo la vida útil del móvil.
Para enfriar el dispositivo de manera segura, se recomienda dejar de usarlo temporalmente, quitarle la funda, desconectarlo del cargador, reducir el brillo de la pantalla y activar el modo avión o apagarlo. Estas acciones permiten que el móvil se enfríe gradualmente sin riesgos adicionales.