
Corea del Sur enfrenta una crisis demográfica con un envejecimiento acelerado de su población, ya que una de cada cinco personas tiene 65 años o más. Sin embargo, la situación laboral para aquellos mayores de 40 años es preocupante. Las empresas en Corea del Sur suelen reducir los salarios de sus empleados a medida que envejecen, lo que lleva a muchos a una situación de pobreza. Human Rights Watch ha publicado un informe titulado «El castigo por hacerse mayor», que denuncia cómo las leyes laborales del país permiten a los empleadores disminuir los sueldos de los trabajadores mayores en los años previos a su jubilación obligatoria.
El informe revela que los trabajadores de 40 años o más enfrentan discriminación por edad y un entorno laboral hostil. Se han documentado casos donde a los empleados se les ha recortado el salario a la mitad en los últimos años de su carrera profesional. Esta política no solo afecta sus ingresos actuales, sino que también reduce sus contribuciones al sistema de pensiones, afectando sus futuras jubilaciones.
El fenómeno del edadismo está muy presente en el país, donde se utiliza un lenguaje despectivo hacia las personas mayores de 40 años, lo que incrementa la discriminación. Los afectados reportan sentirse desmotivados y con sentimientos de ira debido al trato recibido. El informe de Human Rights Watch destaca la necesidad de abordar esta problemática para asegurar un entorno laboral más justo y equitativo para todos los grupos de edad.