
Un año después de recomendar la prohibición de teléfonos inteligentes en las aulas, Holanda ha observado mejoras significativas en el ambiente escolar. La mayoría de las escuelas secundarias han adoptado la medida, pidiendo a los estudiantes que dejen sus móviles en casa o los guarden en taquillas. Según un estudio, el 75% de los centros reportó que los alumnos se concentran mejor, el 59% notó un mejor entorno social y el 28% observó mejoras en los resultados académicos.
El investigador Alexander Krepel destacó que las interacciones entre los alumnos han mejorado, ya que la ausencia de dispositivos reduce el riesgo de ser grabados o fotografiados sin consentimiento, lo que aumenta la seguridad social. La medida también ha fomentado la comunicación entre los estudiantes durante los descansos, aunque se reconoce que esto puede llevar a más discusiones, las cuales son vistas como parte de un ambiente más dinámico.
Portugal ha seguido el ejemplo de Holanda, aprobando un decreto que prohíbe móviles en las escuelas primarias a partir del curso 2025/2026. El ministro de Educación portugués afirmó que la prohibición ha mejorado el comportamiento estudiantil y reducido el acoso escolar.
Holanda también está considerando límites de edad para el uso de smartphones y redes sociales, tras una carta firmada por más de 1400 profesionales de la salud. Recomiendan que los menores no tengan móviles antes de los 14 años y que se les prohíba el uso de redes sociales hasta los 16. La ministra de Educación Primaria y Secundaria, Mariëlle Paul, afirmó que la prohibición ha mejorado la disciplina en las aulas, facilitando la enseñanza y reduciendo conflictos sobre el uso de móviles.