Una controversia ha surgido en torno al nuevo asistente de reuniones ‘Glass’, desarrollado por una startup respaldada por Y Combinator. El problema radica en que ‘Glass’ supuestamente reutiliza código de ‘Cheatting Daddy’, un proyecto publicado bajo la estricta licencia GPLv3, sin respetar sus términos. Según las denuncias, ‘Glass’ habría cambiado la licencia a Apache 2.0 y no habría reconocido la autoría original, lo que infringe las condiciones de la GPLv3 que requiere que cualquier software derivado mantenga la misma licencia y reconozca a los autores originales.
La GPLv3 es conocida por su rigor, ya que garantiza que el software y sus derivados sigan siendo libres para usar, modificar y compartir, prohibiendo su relicenciamiento bajo términos más permisivos si eso reduce dichas libertades. La acusación de que ‘Glass’ ha utilizado partes sustanciales del código de ‘Cheatting Daddy’, sin mención alguna al creador original y con un cambio de licencia, representa una clara violación tanto ética como legal.
Este no es el primer caso en el que Y Combinator se ve envuelta en una polémica por apoyar startups que no cumplen con las licencias de software. Un ejemplo anterior fue el de PearAI, que lanzó un editor de código basado en Visual Studio Code, también sin respetar las licencias originales, e incluso creó una licencia propia utilizando IA.
Estos incidentes resaltan la importancia de comprender y respetar las licencias de software, especialmente en el ámbito del software libre, donde la colaboración y el reconocimiento son fundamentales. La situación podría llevar a demandas legales, y pone en entredicho el papel de incubadoras como Y Combinator en la supervisión de las prácticas legales de las startups que apoyan.