Después de más de dos décadas utilizando Windows, un usuario decidió dar el salto a macOS, motivado por la necesidad de un portátil ultraligero y eficiente para trabajar en movilidad. Optó por un MacBook Air con chip M2, atraído por la reputación de Apple en diseño y rendimiento. A pesar de sus temores iniciales sobre la adaptación al nuevo sistema operativo, la transición resultó ser más fluida de lo esperado.
El usuario destaca la comodidad y eficiencia de macOS, especialmente en tareas de productividad y multimedia. Herramientas como ‘Mission Control’, ‘Finder’, ‘Spotlight’ y las esquinas activas mejoran la experiencia de uso, ofreciendo accesibilidad y rapidez en las tareas diarias. Además, la capacidad de previsualizar archivos con un simple clic es una función que se echa en falta en Windows.
Aunque algunas aplicaciones de terceros fueron necesarias, como BetterZIP para la gestión de archivos y IINA para la reproducción multimedia, el nuevo usuario de Mac valora la organización intuitiva del sistema, donde cada aplicación tiene su barra superior personalizada para facilitar el acceso a configuraciones.
Sin embargo, señala que la gestión de ventanas podría mejorar, siendo este un punto donde Windows sigue teniendo ventaja. El uso de aplicaciones adicionales como Magnet puede ayudar a solventar esta limitación en macOS.
La experiencia con el trackpad y el teclado del MacBook ha sido particularmente positiva, destacando la precisión y comodidad que ofrecen para la escritura y navegación.
En resumen, la transición a macOS ha sido una mejora significativa en términos de productividad y facilidad de uso, pero el usuario recomienda evaluar cuidadosamente las necesidades antes de realizar el cambio, ya que el sistema puede no satisfacer todas las expectativas, especialmente para quienes dependen de funciones específicas de Windows.
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