Un estudio del Instituto Nacional de la Juventud (Injuve) revela que la Generación Z en España, nacida entre 1997 y 2012, está superando a generaciones anteriores en la combinación de estudio y trabajo. Se observa un aumento significativo de jóvenes que estudian y trabajan, conocidos como «sisis», equiparando las cifras de los años 90 cuando los jóvenes solo trabajaban.
Este fenómeno se atribuye a la necesidad de actualizar continuamente la formación en un mercado laboral competitivo y a la obligación de los jóvenes de autofinanciar sus estudios debido al alto coste de vida. Aunque la tasa de «ninis» (jóvenes que ni estudian ni trabajan) ha disminuido del 22,5% en 2013 al 12,3% actual, sigue siendo superior a la media de la UE.
Las reformas laborales en España, como la de 2022, han mejorado la situación laboral juvenil, reduciendo la temporalidad y aumentando los contratos indefinidos. Sin embargo, persisten problemas como la precariedad laboral, la sobrecualificación y los bajos salarios. Aunque los salarios han aumentado en parte gracias a las subidas del Salario Mínimo Interprofesional, siguen siendo bajos en comparación con el resto de la población.
La situación de la Generación Z muestra una mejora en el desempleo juvenil, que ha alcanzado niveles históricamente bajos, aunque la falta de estabilidad y oportunidades comparadas con generaciones anteriores sigue siendo un desafío. La precariedad es especialmente alta en el primer empleo, donde muchos jóvenes comienzan sin contrato o con salarios bajos. La sobrecualificación también es un problema persistente, con muchos jóvenes trabajando en empleos que no se corresponden con su nivel educativo.