Los modelos de inteligencia artificial (IA) han sido entrenados con millones de libros, muchos de ellos obtenidos de bibliotecas online sin autorización, como LibGen. Este uso ha desencadenado una serie de demandas legales. Meta, por ejemplo, habría utilizado libros descargados sin permiso para entrenar su IA LLaMa, a pesar de las dudas internas.
En un caso destacado, el juez William Alsup dictaminó que entrenar una IA con libros protegidos puede ser ‘uso justo’, comparándolo con un lector humano que aprende de autores. Sin embargo, también condenó a Anthropic por descargar masivamente libros sin autorización para crear una biblioteca digital.
Microsoft enfrenta una demanda por usar libros escaneados sin permiso para su modelo ‘Megatron’. OpenAI, responsable de ChatGPT, también ha sido cuestionada por prácticas similares, aunque eliminó los conjuntos de datos cuestionados en 2022.
El concepto de ‘uso justo’ permite el uso limitado de obras protegidas sin permiso, pero la decisión del juez Alsup no es vinculante y podría llegar al Tribunal Supremo de EE. UU. Además, un estudio reveló que la IA LLaMa de Meta memorizó grandes partes de «Harry Potter», cuestionando su legalidad.
Estas prácticas han impulsado un debate sobre ética y legalidad en el uso de contenidos protegidos para entrenar IAs, planteando desafíos para el futuro de la industria tecnológica.
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